Y de repente entras en mi cuarto.
Y de repente.
Y de repente.
Y de repente mi mundo gira como hace tiempo que no lo hacía. Yo que había dejado de calcularte, de mirarte, que había olvidado el color de tu voz... Mi imaginación se dispara y da justo en la diana de tu sujetador, que se desabrocha y me abre una ventana entre tus piernas. Aparca el amor a un lado, deja que nos atropelle la lujuria.
Octavia Butler y el afrofuturismo
Hace 3 años