Debería estar haciendo la maleta, pero este post lleva pujando por salir muchos días y no puede esperar...
Atención: Todo lo aquí narrado es completamente verídico, aunque los nombres propios están cambiados..
Cuando tienes una amiga que es de fuera, de muy fuera, acabas conociendo su mundo a través de sus palabras. Su tierra, su clima, sus gentes y su gente. Años de amistad repartidas en mil momentos íntimos retratan a la perfección a sus seres queridos. Sus padres, su hermano, el marido de su madre, sus amigas de la infancia...
Lapara regresó a su país en mayo. Su padre estaba enfermo y su hermano, Tiziano, se estaba ocupando de todo solo. Había ido a vivir con su padre para que se cuidara, para que tomara la medicación y para que, en definitiva, no se dejara morir. Tiziano veía que la enfermedad de su padre le absorbía y reclamaba en silencio un poco de tiempo para sí.
Tiziano nació tres años antes que yo. Trabajaba en una empresa en la que todos le reconocían como el mejor. Nadie se dedicaba tanto a su trabajo como él, y poco a poco fue ascendiendo a pesar de que aún le quedaran tres asignaturas para acabar la carrera. Le habían dado un equipo de trabajo propio que él debía coordinar. Y le habían dado también una alegría al corazón cuando conoció a Marisa, que trabajaba en un depatamento aledaño. Todos sabían lo que estaba pasando entre ellos porque la alegría no se esconde, mas que cuando no se tiene. Cuando faltaban 5 días para el cumpleaños de Marisa, le llegaron 5 rosas. Al día siguiente 4. Al siguiente 3. Después 2; después 1. Por fin todo un ramo que no olía más a rosas que al perfume de Tiziano. Todos veían expectantes como se fraguaba su historia de amor.
- Es que...la adoro de tal manera que no sé con qué fuerzas prresentarme en su casa y decirle a su padre que quiero a su hija, yo... que todavía no puedo decir ni que he terminado la carrera... - le contó a su hermana un día.
Pasaban horas en el messenger, mientras Tiziano vigilaba que su padre actuara conforme a su estado y no se descuidara. Le escribía poemas de amor en sms que sacaba de la antología poética que leía antes de acostarse. Se amaban, sin llegar ninguno a terminar de dar el siguiente paso, muy probablemente entretenidos y felices con algo tan bello.
Un día, en su hora de comer, Tiziano se dirigió al centro comercial que estaba cerca de su empresa. Y se dirigió a la segunda planta, a la perfumería.
-Ema, dame algo rico para oler, que con los perfumes haces que cualquier día sea más agradable - le dijo a aquella dependienta de edad para ser su madre, que sonreía al verle. Ema conocía a Tiziano desde hacía años. Siempre venía a comprarle su Farenheit 401 y a pedirle consejo sobre otros perfumes. Él era su debilidad, su niño. Tan guapo, tan alto, tan siempre impecable trajeado de pies a cabeza. Siempre como recién salido de la ducha.- Ema, hoy te voy a pedir que te esfuerces y me recomiendes un perfume para una mujer, pero no una mujer cualquiera, una mujer...especial - Ema sonrió al oir aquello y buscó entre el aparador que tenía tras ella. Le acercó un tarro de Delice de Cartier y le dijo que ella elegiría este. Tiziano no necesitaba oír más, pagó el bote que Ema cuidadosamente envolvió para regalo. Ema salió un momento de su puesto, como solía hacer, y acompañó a Tizinano a la salida, dos plantas más abajo -Cuídate mucho Ema, y deséame suerte.
A los cinco minutos llamaron a Ema, que ya había regresado a su puesto y le pidieron que bajara un segundito. Ema bajó. Al acercarse vio mucha gente y pensó que la habían llamado de refuerzo. Pero al llegar vio el cuerpo de Tiziano tendido en el suelo. Totalmente inerte y pálido. Soltó un grito y sus compañeras tuvieron que cogerla para que no se desplomase en el suelo. Eso es lo que tarda todo en escaparse. Eso es lo que tarda la vida en darte la vuelta, o en irse, simplemente. Tiziano no estaba enfermo, era grande, fuerte, joven y feliz. Su padre no tardó en morir, tan sólo un par de meses después.
LaPara, en el tanatorio, conoció a Marisa, de la que tanto había oído hablar. Le acercó el tarro de perfume, envuelto por Ema, y le dijo: Tiziano lo compraba para ti en el momento en el que se ... No fue capaz de terminar. Marisa no fue capaz de coger el perfume. No podía consentir tener cerca de sí algo que presenció su muerte. Sólo fue capaz de decirle a LaPara un par de frases entre las que ella me ha contado que le dijo:
Tu hermano me dijo que no tenía prisa conmigo, que sabía que toda su vida me amaría y me cuidaría. Pero...¿por qué no me dijo entonces que su vida iba a ser tan corta?
LaPara olió el perfume. Era como su nombre indica: delicioso. Ahora lo usa su madre. Las dos fueron a ver a Ema con el tiempo. Se sentían conectadas a esa mujer que fue la última en hablarle. Ema rompió a llorar. ¿Por qué? se preguntaban todos. La autopsia dijo: Aneurisma. Su familia dijo "demasiado dolor por su padre". Y el resto de los mortales solo lo lamentamos Y aún así, seguro que seguimos sin dar pasos, temiendo, dudando, confomándonos con soñarlos, mintiéndonos al pensar que todavía nos queda toda una vida.