Adoro CésarAugusta. Sobre todo cuando se hace una fiesta de San Juan y así sin más se hace por la noche en el patio del instituto. Eso sucede en Madrid y nos desalojan los geos y los periódicos nos ponen a parir. Pero aquí no. Aquí es de lo más normal hacer una barbacoa en el patio por la noche, con la correspondiente hoguera, que algunos saltan y otros aprovechan para alimentar con los exámenes de años pasados.
Los que tienen hijos se los traen, los presentan y los ven jugar y comer desde sus asientos. Se bebe, se habla, se ríe...¿He dicho que se bebe? Muchísimo. Tanto que a Profebollo se le empieza a ir la cabeza y empiezo a notar que me está tirando no los tejos, sino el tejado entero, y ¡¡delante de todos!! Digo que me voy, que ya es tarde y al día siguiente toca madrugar para una evaluación. Me sujeta por las muñecas, me dice que no me voy, se abre el escote y me pone las tetas en la nariz. Todo esto delante de los que quedan, que aún son bastantes. Me dice que no me vaya, que no me voy a arrepentir si me quedo. Y yo que no soy capaz más que de sonreír como una estúpida alelada. Estoy en un buen lío. Que no, que paso de liarme con esta mujer, que tiene novia y eso lo respeto mucho ahora. Además seguro que cuando se le pase el pedo se arrepentirá de todo.
Los profes más mayores también van perjudicados. Me recuerdan a mis padres. Cantan con voz de tenores, acompañados de movimientos con las manos. Bailan pasodobles trastabillados...y están tan ciegos que... MariLú se acerca con lágrimas en los ojos de aguantarse la risa, me parece curioso porque MariLú es muy seria y no acostumbra a reírse y menos así:
Yo: ¿Qué te pasa?
MariLú: Ay... que no puedo..jajajajaja, no puedo, jajajaja
Yo: Verás..
MariLú: Que me ha preguntado un jubilado...si...ay..jajajaja...si...jajajaj ¡¡que de quién eras hija!! ¡¡Te ha confundido con una cría!!
Yo: ¬¬
Profebollo empieza a jugar conmigo y le digo que cuidado, que si sigue así... la muerdo. Me dice que no me atrevo, que muerda con ganas... me pone la mano delante y le pego un mordisco en condiciones. Aúlla de dolor, yo me río. Me enseña la marca de mis dientes en su piel. Lloriquea mucho rato, se hace la mártir, me dice que tengo que compensarla... Dice que le duele tanto que va a meter la mano en el bolsillo, pero ... oh, no le cabe. Me coge la mano y me la mete en su bolsillo...La cosa se está poniendo comprometida.
La gente comienza a irse...¡gracias a Dior! Se habla de seguir la juerga en un bar. Es el momento de huir, ya no puedo más. Me despido rápidamente, sin escuchar los reproches por irme. Comienzo a caminar rápido y a cruzar el patio a oscuras. No sé siquiera si se sale por ahí. Me comunico a gritos con los que quedan, que no recuerdo qué decían. Veo la valla entreabierta, me escurro y consigo salir, aunque parezco una ladrona escabulléndose en plena noche...salgo un poco trastabillada y mirándome como un buho en plena noche veo a dos figuras en un coche aparcado.
--¿¿Desgra??
--Uy...una alumna... - se baja del coche y me pregunta que qué hago ahí. De fiesta --digo. ¿Y tú? -- Ella contesta. Que me ha dejado tirada "la Barbara" y me ha traído este amigo a casa...
--Uy...una alumna... - se baja del coche y me pregunta que qué hago ahí. De fiesta --digo. ¿Y tú? -- Ella contesta. Que me ha dejado tirada "la Barbara" y me ha traído este amigo a casa...
Está borracha y piensa que yo también, cosa que entiendo perfectamente, porque para más inri, en ese momento se percata de que Profebollo ha comenzado a correr como una loca por el patio en dirección mía...
--Esto... tengo que irme... es que me persiguen un poco...
--Vale, vale.. pero un día salimos de juerga juntas, eh? - y me pega un abrazo y yo se lo correspondo con toda a sinceridad que aporta la noche y un par de vasos de plástico de vino. Comienzo a correr, Profebollo me sigue los pasos, tengo que encontrar el coche... oh Dior mío, ¿¿dónde he aparcado?? Al fin lo encuentro, me meto corriendo y le doy a los seguros. Justo a tiempo. Profebollo me golpea los cristales, más tarde vienen dos más, y un cuarto. ¡¡Quiero irme a mi casa!! Si aparece Almodovar ahora mismo todo tendría algún sentido.
--Vale, vale.. pero un día salimos de juerga juntas, eh? - y me pega un abrazo y yo se lo correspondo con toda a sinceridad que aporta la noche y un par de vasos de plástico de vino. Comienzo a correr, Profebollo me sigue los pasos, tengo que encontrar el coche... oh Dior mío, ¿¿dónde he aparcado?? Al fin lo encuentro, me meto corriendo y le doy a los seguros. Justo a tiempo. Profebollo me golpea los cristales, más tarde vienen dos más, y un cuarto. ¡¡Quiero irme a mi casa!! Si aparece Almodovar ahora mismo todo tendría algún sentido.
Al final escapé íntegra y en el fondo...¡qué bien me lo pasé!
CONTINUARÁ...