Otra vez época de torrijas, nazarenos, procesiones y lluvia. ¿Cuántas veces tiene Dios que aguarnos las fiestas para darnos por aludidos? Aprovecho la ocasión para contar otra historia del Cristianismo, o quizás sea mejor decir LA OTRA historia del cristianismo.
Cuenta esta otra versión que el Imperio Romano estaba en decadencia y que las provincias conquistadas estaban al límite, viendo como los soldados romanos se adueñaban de sus tierras, les robaban sus posesiones, les arrebataban la libertad y les condenaban a una vida de pobreza y esclavitud, sustituyendo a los legítimos gobernantes por autoridades romanas. Cuenta esta otra versión, que ante tanto sufrimiento, las gentes comenzaron a consolarse con la historia de un Dios que protegía a los más desfavorecidos y que mandaría a su propio hijo a la Tierra para liberarlos. Cuenta esta otra versión, que un grupo de intrépidos (unos dicen que doce hombres, otros trece) se cansaron de esperar la llegada de ese Mesías...
En una de las provincias romanas se gestaba su confabulación. El pueblo podía rebelarse contra la guardia romana, eran más, aunque más débiles y sin armas. Sólo necesitaban confianza, necesitaban fe, cohesión, necesitaban creer que su Dios era verdadero y que el Mesías... ya había llegado y no habían de temer nada. Así construyeron la imagen del hijo de Dios y eligieron al más sabio, al más carismático de ellos: Juan.
Juan comenzó a repartir el mensaje y a confirmar a los creyentes con la ceremonia del bautismo. Puede incluso que se montaran farsas, pagando a impostores que fingían ser ciegos curados, muertos resucitados...Con este panorama, el rumor se extendía como pólvora, hasta que llegó a los oídos de lo romanos, que pronto imaginaron lo que se escondía detrás de aquel "engaño". Otros romanos, sin embargo, comenzaron a dudar de si todo era resultado de un complot o realmente el Mesías había llegado para poner a cada uno en su lugar, pues la duda es algo fácil de implantar en el espíritu humano.
Con ayuda de un espía infiltrado entre los apóstoes, Judas Escariote, podían saber dónde y cuándo se iba a realizar el siguiente "milagro", hasta que decidieron poner fin a tanta tontería que estaba empezando a ser algo serio. La cabeza de Juan el Bautista acabó en la bandeja de Salomé, sin que haya verdaderos motivos y los apóstoles pensaron que todo había terminado, que habían perdido la batalla.
Salomé con la cabeza del Bautista - Caravaggio
A alguien se le ocurrió, quién sabe a quién, que cada vez más voces decían haber visto al Mesías y que todos ellos lo describían de distintas maneras, con nombres diferentes, sin saber a ciencia cierta cómo era el Hijo de Dios. No sería tan difícil sustituirle...y el elegido no podía ser otro que el primo hermano de Juan, Jesús, a quien él mismo Juan bautizó...como si fuera un simbólico y casual relevo de lo que estaba por pasar.
Bautismo de Jesucristo- P. Della Francesca
Pero a los romanos se les acabó la paciencia y tras capturar al nuevo emisario no serían tan benevolentes con Jesús, a quién no decapitaron, sino que dejaron desangrar en la cruz como advertencia : todo Mesías que apareciera correría cada vez peor suerte. A los pies de su cruz, su madre y su ¿esposa? Magdalena. No hay ninguna razón para pensar que Jesús no estuviera casado, pues era propio de un hombre de su edad y no lo sería por otra parte que aparezca en su muerte su madre y ¿una amiga? (Incluso se dice que en el episodio de las Bodas de Caná es precisamente la boda de Jesucristo y Magdalena, de ahí que María le espete a su hijo que haga algo que se han quedado sin vino. ¿Concierne eso a un simple invitado?)
Piedad de Van der Weyden
Para continuar con la leyenda, dicen que los apóstoles se llevaron el cuerpo e hicieron que un "doble" apareciera a los tres días. El resto ya es historia, aunque también hay mucho de lo que hablar... pues otra de las cuestiones sería hablar de si de verdad la Biblia condena la homosexualidad o es fruto de una intencionada mala traducción. Lo dejo para el siguiente post. A empacharos de torrijas, queridxs.