Bon Voyage (que no voyeur), Farala

Cuando descubrí a Farala fue más bien tarde. Recuerdo que yo estaba en mi anterior curro del infierno. Me había quedado sin apoyos, tras la dimisión de Ox, y por las tardes rezaba para que nadie viniera a incordiarme. Las horas se hacían muy largas cuando lo conseguía, y peores cuando no lo conseguía. En esas tardes fue cuando no sé cómo llegué al mundo de Farala, Elenita Faralaez, LQM y MOM. 

Todos tenemos blogs favoritos, esos que nos hacen reír o nos emocionan en un momento en el que necesitamos descargar una lluvia de lágrimas que nos sirva de catarsis. Siempre he dicho que el blog de Farala era una de mis debilidades, desde el título. Y es que el título..¡ay, citando el "devenir"! ¡Oh, un concepto filosófico! ¡Oh, mi campo!

Pero los blogs mueren. Todo llega a su fin, unas veces de forma natural, simplemente cuando cada vez publicas menos, cuando pierdes las motivaciones que te incitaron a abrirlo. Otras veces se cierran bruscamente cuando un suceso inesperado te sorprende y el blog en lugar de ayudarte a comunicarte con el exterior, puede hacerte más daño que bien si las personas abusan de él y lo utilizan para hacerte daño. 

A mí.. me pasó. Pero eso la mayoría de vosotras ya lo sabéis. Y que decidí cerrar y perderme. Pero también sabéis que no duré mucho tiempo fuera. Que abrí esta segunda parte, que volví a crear mi espacio y que la mayoría de quienes me seguíais antes me encontrásteis y me seguísteis apoyando en la distancia y ¡cómo! Recibí muchísimos mails dándome las gracias por haberles hecho reír y llorar durante años, ¡años! Gente que me habéis leído durante ¡años! y nunca había dicho ni una palabra. No me lo podía creer. Todo eso me hizo levantarme y volver.

Sé que Farala se irá o se habrá ido con muchísimas de esas voces conocidas y anónimas. Yo, te doy las gracias, por mí y por los míos, esos amigos que te han leído aunque no comenten. Por amenizarme aquellas horribles tardes y hacerme sonreír. También por hacerme llorar cuando lo necesitaba, o cuando simplemente nos abriste una puerta a algo tan íntimo como determinados episodios que no voy a recordar.

No sé lo que deparará el futuro, pero sé que me queda el consuelo de que el blog puede que se cierre, pero Farala ya es parte (¡y qué parte!) de nuestra historia bloggera. Brindo por ti. Chin, chin.