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jueves, 22 de noviembre de 2012

ULTRABOLLERA. Episodio 4. Doble identidad



-Lau, esto no puede seguir así. ¡Nada te gusta! - dijo cansada Tía Vera
-Es que no le veo ningún sentido a vestirme de fantoche... Llámalo dignidad.
-Necesitas una identidad secreta, pronto será imposible disimular tus superpoderes. Y créme, no querrás que asocien a Ultrabollera con Laura..
-Ay, de verdad que no entiendo nada, y todo esto me suena como si no fuera conmigo. Lo veo, pero es como si estuviera en un sueño.. ¡Me niego a llevar capa!
-¡Ups! Dejaba la capa para el final... si es muy molona.

Tía Vera y Ali buscaban en los armarios toda clase de prenda vieja y olvidada que pudiera convertirse, con imaginación y algún arreglo adicional, en la identidad secreta de Lau.

-Sí, sí.. trae esto.. trae. Corta aquí, haz un nudo..Ay, voy a por una cosa que tu madre no echará en falta..

Y así durante horas.

-¿Gafas? ¡¡Pero si yo no necesito gafas!!
-Querida, desde Supermán y Clark Kent han sido un éxito. Además, ¿no le encuentras cierto atractivo a estas...gafas de pasta, grrr?
-Me las pongo si dejas de babear encima de ellas ¬¬
-De la camisa a cuadros no te salva ni María del Monte, chata - dijo Ali mientras seleccionaba entre varias camisas
-¡Ni de unos zapatos Camper! - apuntó tía Vera
-Uy ,pues tengo el complemento ideal... esta riñonera tan maja... - continuó la hermana pequeña
-Eh! Eso no es una riñonera, es una bandolera de cintura, pero vale... ¡me la quedo!

Y así, detalle a detalle, fue como Lau se convirtió realmente en UltraBollera. Gafas de pasta, cubriendo sus ojos, gomina como para peinar a Cristiano Ronaldo un mes, una camisa a cuadros azules y negros, con vaqueros caídos por debajo de las nalgas, y unos zapatos camper... pero sí, faltaba algo.

-Tienes que ponerte capa. Sin la capa no lo veo. Como tu tía y maestra, te lo digo: tienes que ponerte capa.

Tía Vera cogió a sus sobrinas y las condujo hacia Chueca, amparándose en la noche y en los ciegos de un viernes para no llamar mucho la atención con Lau vestida de... vestida de... de.. Ultrabollera. Tuvo que echar mano de sus amistades para que les dejaran pasar a ese antro verde llamado Escape o ese Escape llamado antro verde con Ali, que tenía 13 años. Es decir, que no iba a desentonar en el Escape.

Todo el mundo pensó que Lau era una lesbiana "moderna" más y la prueba se dio por superada. Pero Tía Vera aprovechó para entrarle a una camarera morenaza de la barra..que inmediatamente la rechazó cortesmente: "Perdona ¿eh?, pero es que yo no entiendo. No soy lesbiana vamos. Trabajo aquí porque bueno, sí, tuve una relación con una chica. Pero no más, sólo me enamoré de ella. No estaría con otra chica. Soy hetero". Antes de que tía Vera pudiera ni lamentarse, Lau se precipitó sobre aquella camarera...La miró a los ojos y le dijo: Canta conmigo. Uuuuuuna mujer en el armario, ay qué dolor, ay qué dolor...

Como hiponitazada la Camarera bailaba y cantaba a la Carrá. Cuando terminó, Lau puso su mano sobre su pecho izquierdo y dijo: Ahora, estas liberada.

-¡El poder Desarmarizador!
-¿Qué ha pasado? - dijo confusa la camarera - Y ¿por qué no me has dado ya tu teléfono?
-Creí entender que eras..
-Más lesbiana que Rosana, chata. Y esa..¿quién es? Mientras cantaba... me ha liberado. Esto es increíble. Me siento mejor conmigo misma de lo que me he sentido... ¡¡jamás!!
-Rápido, Lau. Vayámonos antes de que se corra la voz .. y alguna degenerada.

Ya en la calle, Ali tomó "prestada" una bandera del orgullo que ondeaba atada a un poste:

-Ya tienes capa  
 -Vamos, no te entretengas...
-Si al menos pudieras volar..

CONTINUARÁ..

jueves, 1 de noviembre de 2012

Ultrabollera. Episodio 3. El trance




Las clases habían terminado y Lau por fin sentía que tenía tiempo para hacer todas aquellas cosas que había estado deseando durante todo el curso. Ir a la piscina, jugar a la consola sin límite de horarios, acostarse tarde viendo reposiciones de series... Sin embargo, su nueva condición de UltraBollera no le dejaba disfrutar de todo ello como hubiese querido. No sabía exactamene en qué consistía ser UltraBollera, pero desde luego, no le veía ventajas de ningún tipo. 

- Lau, ¿qué te pasa? - le preguntó su hermana pequeña, Ali, al ver que en las noticias hablaban de Cristiano Ronaldo y su hermana no reaccionaba como otras veces, subiendo el volumen y acercándose a dos centímetros del televisor.
 -Nada, ¿qué me va a pasar?
- Estás rara, ¿te preocupa lo de UltraBollera?
-Bah, son tonterías de la tía Vera, que está como una cabra. Debería volver a las reuniones de Alcohólicos Anónimos y dejarme en paz.
-Te recuerdo que la echaron por emborrachar a las tías de las reuniones e intentar aprovecharse de ellas..
-Pss, me da igual. Que se entretenga con otra cosa. Yo no soy UltraBollera, que lo sea ella si quiere..
-¿No has pensado que a lo mejor tiene alguna ventaja?
-Sí, que nunca pierdo el reloj. No hay manera de sacarse el maldito Casio, he probado con todo, te lo aseguro.
-No sé, eso de tener poderes... tiene que molar.
-De momento mis poderes se reducen a que cuando paso por el lado de una bollera se me eriza la piel y empiezo a oír un radar en mi cabeza. ¡Ya me dirás de qué me sirve eso!
-A lo mejor es que todavía no sabes controlarlos, a la mayoría de superhéroes les ocurre. Deberíamos salir a probarlos...Habría que empezar por un sitio donde haya muchas bolleras...Voy a llamar a la tía Vera y nos vamos ahora mismo al gimnasio.

Tras discutir con Lau, que negaba y renegaba del plan, Tía Vera, Lau y Ali se encaminaron hacia el gimansio del barrio con sus mejores ropas deportivas. Lau cogió también un libro para entretenerse, el famoso libro del expresidente del Rel Madrid, Ramón Mendoza, Dos pelotas y un balón. ¡Estaba enganchadísima! Tía Vera a su vez llevaba la petaca en la mochila, también para entretenerse..

El plan parecía no marchar tan bien como Ali deseaba. Su hermana estaba haciendo algo de ejercicio antes de irse a dar un chapuzón y mientras estaba en la cinta de correr tenía hundida la cabeza en su libro, ajena a todo lo que pudiera pasar a su alrededor. Parecía que no iba a pasar nada, hasta que dos chicas se situaron en las cintas de su derecha. Parecían estar enfadadas y discutiendo...aunque con disimulo.

-La has mirado, no me digas que no y me hagas pasar por una loca...
-Madre mía, estás enferma...¿qué le voy a mirar yo? A ver si es que ahora no puedo ni saludar 
-Me tienes harta... De verdad que ya no lo aguanto más..
-No aguantas ¿qué? Todo está en tu imaginación...
-¡¡Otra vez!! ¡¡Otra vez!! Acabas de mirar a la chica de tu izquierda..
-Pero ¿qué dices? Si es una cría..
-Ya te digo... y luego dices que yo soy la enferma.

Lau intentó no escuchar, intentó no meterse, intentó hacer que no iba con ella la cosa.. .pero allí estaba de nuevo el Les-Radar, emitiendo una poderosa señal que le recorría el cuerpo. Ya no podía concentrarse en las enseñanzas del libro de Mendoza, ni en nada más que no fuera la voz de aquellas dos chicas, de unos veinte años, que se esforzaban sin éxito en discutir lo más discretamente posible. Finalmente, una fuerza le impulsó con determinación a bajarse de la cinta e ir directamente hacia ellas.

-¿Ves? Tanto mirarla y ya la tienes aquí, dispuesta a ligarte. Y luego que son imaginaciones mías, hay que joderse..
-Alto - dijo Lau con una serenidad pasmosa - Está bien. No vengo aquí a ligar con nadie, vengo a ayudaros a alcanzar la paz. ¿Crees en serio que ella flirtearía con todas delante de ti si no fuera para conseguir tu atención? ¿Crees que estando a la defensiva podrías evitar que si quisiera engañarte no lo hiciera? ¿Acaso tú no miras a ninguna otra? Y tú - dijo dirigiéndose a la otra chica - sabiendo que ella sufre, ¿no podrías prestarle más atención? ¿De verdad esto es necesario? Si no queréis estar juntas... no lo estéis. Si queréis estarlo, no os martiricéis.
-¡Ostiá, esta tía es Yoda! ¿Quién eres tú?

Tras aquello, Lau salió del trance en el que parecía haberse sumido, ante la mirada estupefacta de las dos desconocidas, de Ali y de su tía.

-Madre mía.. ¡ha sido como ver en acción al adiestrador de perros! ¡Lau es la jefa de la manada! - gritó Ali sin poder salir de su asombro.
-Es el poder del "desdramatizador de bollodromas". Había leído mucho sobre él, pero jamás lo imaginé tan poderoso...Rápido, Lau. Tenemos que irnos. Hay que proteger tu identidad...

CONTINUARÁ...
 
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