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jueves, 31 de mayo de 2012

Episodio 7x18: No me fui, pero he vuelto

La Desgra ha perdido las tetas que había ganado y ha vuelto a su peso pluma original. Así son las cosas.

Estaba tan liada que ayer, por poner un ejemplo, empecé la mañana tomándome un carajillo en un bar a las 8.30 a. m y a las 18.30 estaba corriendo hacia casa para recuperar mi sujetador antes de ir a la clase de inglés. Esa es mi vida. ¿Qué pasó entre tanto? Os cuento.

Finalmente han salido unas míseras plazas de lo mío en las oposiciones de secundaria de Madrid. Así que aunque sea misión matemáticamente imposible, habrá que intentarlo. Para colmo me enteré de que al ser profe las pruebas del B2 de Inglés en la Escuela Oficial de Idiomas eran gratis. Así que me matriculé. El sábado me di cuenta de que el examen era el lunes. Bien, Desgra, bien. Pero también había que intentarlo. Te guardan las partes del examen que apruebas para septiembre. Ayer tuve la parte del Speaking, así que por recomendación de la Ox y de otra amiga, me fui al bar antes del examen y ejercí divinamente el papel de joven alcohólica que pide:

-¡Un café con leche y un chorro de Bayleis, gracias!

Se supone que eso te suelta la lengua, pero yo debo asociar beber con ligar, y cuando me di cuenta estaba flirteando con el compañero con el que me tocó hacer el examen. (Nota mental: tengo que convencer a Flúor de que deje de leer el blog....) Por la tarde estaba tan cansada que me eché un rato y cuando desperté tenía que ir corriendo a mandar por correo los papeles de la opo. Tan dormida y agotada estaba que al salir a la calle...no sé... me notaba rara. Iba sin sujetador. Podía no haberse notado mucho, pero como hacía 38º grados a la sombra... se me formaron acusadoras marcas de sudor en mis turgentes senos. Maaaaaaaaaaaravillloso....O mejor dicho: Wonderful



Los exámenes de la UNED los he dejado para septiembre, no daba abasto. Y eso que ya había empezado a estudiar (dos días, para qué engañarnos). He tenido que corregir la tercera evaluación de adultos en en Insti y se acerca la de chavales, así que el trabajo se acumula.

Para colmo tengo el ordenador roto, algo del hardware. Si la pantalla del portátil nota cualquier tipo de vibración se pone en negro y no hay manera de que vuelva a la luz. Así que me cuesta mucho postear. No puedo usar el ordenador del insti, porque tienen casi todas las páginas capadas, incluida blogger. Así que ya me veo pasando el cepillo para hacer una colecta: compremos un ordenador a la Desgra.

 Finalmente la Ox, que se va a Bruselas esta semana, me ha dicho que postee ya que ella no puede y que haga el favor de recuperar mi blog, que ya la estáis llamando okupa.

Así que he andado loca, como pollo sin cabeza, de un lado a otro. 


 
Menos mal que la sensibilidad bollera de Flúor me mantiene a flote:

Desgra: No puedo, Flúor, no puedo. Estoy superada. No me da tiempo a nada....ay...(lágrima resbalando por la mejilla, eso sí, en solitario. Flúor me abraza)
Flúor: ....
Desgra: Fluor....no es el momento de meterme la lengua en la oreja...
Flúor: JIjiji
Desgra: '¡Bolleras!






jueves, 24 de mayo de 2012

La columna de Ox: HistoriaLes V



Quedé con Paula en una terraza del centro. Tenía claro que si íbamos a vernos, tenía que ser en un lugar bien público por si a) montaba una escena o b) se me tiraba encima (recordemos lo entusiasta que se puso en mi casa…).

Cuando llegué ella ya estaba allí. Al verme se levantó de un salto y se puso a saludarme efusivamente con la mano. Parecía un cachorrito moviendo el rabo. Joder, ¿cómo no me había dado cuenta de que tenía 16 años? Y entonces se agachó para sentarse y me fijé en su escote… vale, por eso no me había dado cuenta de que tenía 16 años.

Me senté en una silla a su lado y ella se acercó para besarme, pero me di cuenta a tiempo y giré la cara, así que acabó dándome un beso extraño en la mejilla.

- Estás muy guapa a la luz del día – me dijo.
- ¿De qué querías hablar, Paula? – dije cortante. No quería que me engatusara.
- ¿Estás enfadada conmigo?
- Bueno, no estoy dando saltos de alegría.
- Jo, ¡sabía que te ibas a enfadar! Soy imbécil – dijo poniendo cara triste. Me ablandó.
- No eres imbécil, pero dime qué se te pasó por la cabeza. Quiero decir, ¿habías estado con otras tías?
- Bueno, me había besado con algunas, pero nunca había llegado hasta el final…

Se me encendió una bombilla. Esperaba de verdad que la respuesta a la pregunta que iba a hacer fuera sí.

- ¿Y con algún chico, has llegado hasta el final alguna vez?
- No…

Joder. Había desvirgado a una niña. Qué gran logro, Alba. Será mejor que lo pongas en tu curriculum. Me imaginé a mí misma en el patio de Alcalá Meco, cambiando cigarrillos por favores sexuales. Pensé en dejar el tabaco por si acaso.

- ¿Pero eres lesbiana?
- No lo sé, creo que no. A ver, me gustan los chicos. Y me gusta mi novio…
- ¿Entonces lo mío fue un experimento?
- ¡No! Es sólo que nunca me había gustado nadie de la forma en que me gustas tú. En cuanto te vi me dieron ganas de arrancarte la ropa. Y quería llegar hasta el final contigo… Me lo pasé muy bien – me dijo jugueteando con su collar. No pude hacer otra cosa que mirarle el escote.
- No estamos hablando de eso – dije tratando de mantener la compostura.
- ¿Es que tú no te lo pasaste bien?
- Eso no viene al caso
- Porque yo diría que sí - se inclinó para besarme…

… Pero me salvó el sonido de su móvil. Empezó a juguetear con las teclas y luego me dirigió una mirada culpable.

- No te enfades conmigo – me dijo.
- Cada vez que dices eso siento que voy a tener un ataque de pánico.
- Mi novio viene para acá.
- ¿QUÉ?
- Es que es muy celoso…
- ¿Y viene a darme de hostias? - empecé a ponerme realmente nerviosa.
- ¡Claro que no! No sabe nada de lo nuestro. Es que te quería conocer.
- ¿A mí? ¿Por qué? – esto tenía muy mala pinta.
- Es que le he dicho que me das clases particulares
- Joder Paula…
- ¡Lo he hecho para que podamos vernos!
- Cuando dices “vernos”, ¿quieres decir “enrollarnos”? – dije poniendo mala cara.
- Puede
- Ya, no creo que eso vaya a pasar – dije levantándome, pero me agarró de la muñeca para retenerme y me hizo sentarme otra vez.
- ¿Y si en lugar de “vernos” digo “conocernos”?
- Tampoco creo que sea una buena idea.

Levantó una ceja y me sonrió inocentemente. Agarró su vaso y se acercó la pajita a la boca, sacando un poco la lengua, después la mordió y luego se la metió en la boca.  Me dio un escalofrío.

- ¿Y de qué se supone que te doy clases? – dije notando como mis defensas se iban al traste.
- De lengua
- Joder, ¿no podía haber sido de otra cosa? – la ironía del asunto era la guinda del pastel.
- Es que es en lo que voy mal… Viene por allí, disimula

Me di la vuelta y me asusté automáticamente. 

- ¿Ese es tu novio? – pregunté alarmada.
- Es guapo, ¿verdad?
- ¿Cuántos años tiene?
- Diecisiete.
- ¿Y por qué es tan gigante?
- Hace mucho deporte. Quiere ser boxeador.

La cosa mejoraba. Un adolescente con pinta de desayunar filetes empanados me iba a romper las piernas por meterme en las bragas de su novia. Alba, estás en la cima del mundo.


To be continued...

miércoles, 16 de mayo de 2012

La columna de Ox: HistoriaLes IV



 Nada estaba saliendo como yo quería, y no estaba acostumbrada a que las cosas se me fueran de las manos. Así que hice lo que cualquier persona en sus cabales haría: elaborar un plan.

No podía arriesgarme a llamar a Sofía por teléfono. Corría el riesgo de que no me lo cogiera, o peor, de que me lo cogiera y se pusiera a gritar. Pasaría lo mismo con un email o con un mensaje. La única opción que me quedaba era la de verla en persona. Tenía que ser en un entorno casual, un lugar común, para que no resultara tenso y pudiéramos hablar sin montar ningún número. Después de un rato tenía claro lo que había que hacer: organizar una bollo-quedada.

No quedaría forzado porque las organizábamos de vez en cuando, y si llamaba a las personas adecuadas, sabía alguien que la traería consigo. Así que llamé a amigas de amigas de amigas, hasta que alguien la mencionó. Bien, algo que por fin funcionaba.

Cuando llegué a la plaza de Chueca la noche de autos me asusté un poco. Éramos más de cuarenta tías. Oí la voz de Claudia en mi cabeza “¿Pero tú estás mal? Mira la que has organizado para ver a UNA persona”, pero la eché rápidamente. Tenía claro mi objetivo de la noche: hablar con Sofía y recordarle lo encantadora que soy.

Me puse a saludar a la gente de manera muy efusiva por si ella me estaba observando, pero según pasaban los minutos me invadía una sensación de pánico pensando que quizá al final no había venido. De repente, un sonido familiar me hizo soltar una exclamación y me quedé sin respiración por un segundo. La risa de Sofía. La oí nítida por encima de todo el griterío y me dieron ganas de apartar a todo el mundo como Moisés hizo con el Mar Rojo para encontrarla. Su risa era mi maná, el anticipo de una tierra prometida: los brazos de Sofía.

Por fin la vi. Estaba impresionante. Pantalones negros tan ajustados como una segunda piel, botas de tacón, una simple camisa blanca un poco desabrochada que dejaba ver un tráiler de su sujetador. Llevaba el pelo suelto y recordé las cosquillas que me hacía con él cuando me abrazaba de improviso. Me acerqué a ella mientras me temblaban las manos, saludando a todo el mundo que me encontraba. No me vio hasta que casi podía alzar mi brazo y tocarla.

- Sofía – dije con una sonrisa.

Le cambió la cara. Se tensó, pero hizo un esfuerzo por sonreír educadamente. Le di dos besos. Su cercanía casi hizo que me mareara. Olía a limón y a ropa limpia.

- Qué bien verte por aquí, no sabía que ibas a venir – dije alegremente.
- Yo tampoco sabía que venías tú – me respondió cortante.
- Esto es un poco raro… - dije con una sonrisa tímida metiéndome las manos en los bolsillos. Eso solía funcionar.
- Es bastante raro, sí –Sofía no me daba tregua.
- Mira, te propongo un trato. Como nos vamos a ver durante toda la noche, para evitar este tipo de situaciones violentas, ¿por qué no hacemos como que no nos conocemos? Quiero decir, como si nos acabáramos de conocer ahora mismo. 

Sofía ahogó una carcajada. La cosa estaba saliendo mejor de lo que pensaba.

- ¿Qué te parece? – pregunté.
- Pues mira, Alba, me parece una gilipollez – dijo Sofía mientras se me helaba la sangre en las venas -. No voy a pasar un mal rato esta noche fingiendo que no me pasa nada sólo para que tú no tengas remordimientos por dejarme sin darme ninguna explicación. Lo siento pero no. Eso es lo que me parece.
- Perdona, no era eso… - me había destruido por completo -. Sólo quería hacer las cosas un poco más fáciles para las dos. Va a ser una noche muy rara entonces…
- No te preocupes, yo no me voy a quedar. Sólo he pasado a saludar, tengo otros planes. Nos vemos.

Me dio dos besos fríos sin mirarme y se fue, el ruido de sus tacones resonando en mis oídos, percutiendo directamente a mi corazón. 

No podía haber salido peor. Había estropeado una oportunidad perfecta. ¿Cómo iba a arreglar un desastre semejante? No sólo no le había recordado que soy encantadora, sino que además le había hecho confirmar el hecho de que soy una completa cabrona. Me sentí imbécil y furiosa. Y tenía otros planes. Otros planes nocturnos. Me recorrió una oleada de sudor frío cuando me la imaginé con otra.

Pero de repente me acordé de lo que dijo Claudia. Si pasaba de mí, es porque no estaba interesada, lo que quiere decir que si se enfadaba… ¡aún podía tener una oportunidad! Y me había dado dos besos al irse. Podía haberse ido sin haberme tocado siquiera, pero lo hizo. Me agarró el brazo y me dio dos besos. Era poco con lo que trabajar, pero estaba dispuesta a agarrarme a cualquier clavo ardiendo que me encontrara.
Justo entonces, mi teléfono sonó. Era Paula, la chica de la otra noche, no había vuelto a hablar con ella desde aquella mañana.


Hola guapísima =P
Hola Paula
Tengo que hablar contigo…
Me pillas en mal momento
=( Es que me siento muy mal… y necesito hablar con alguien
Qué te pasa?
No te dije toda la verdad el otro día…
Eres una asesina en serie? xD
No… pero mi novio a lo mejor se convierte en uno si se entera de que le he puesto los cuernos… y con una tía además
QUÉ??
Siento no haberte dicho que tenía novio! Pero es que me gustaste mucho, eres tan guapa... (babas)
Y qué pretendes que haga yo con el tema de tu novio?
Quiero hablar contigo en persona! Aclararme un poco las ideas… Podríamos quedar la semana que viene?
UN café. Uno
Guay! Tengo otra cosa que decirte…
Qué miedo
Te mentí en otra cosilla sin importancia…
En cuál?
No te dije la verdad sobre mi edad…
Cuántos-años-tienes?
16


Mierda.

To be continued…

miércoles, 9 de mayo de 2012

La columna de Ox: Madonna mola


Madonna tiene un año más que mi madre. Y es probablemente la persona que más me pone sobre la faz de la tierra. Yo creo que no es porque esté buena o porque sea provocativa y tal, es que Madonna es la persona con más seguridad en sí misma del planeta. No tiene una voz impresionante, no baila como una peonza, sus canciones no son obras maestras... y aún así vende los discos que quiere y se reinventa cuando le da la gana. ¿Por qué le sale bien la jugada? ¡Por la confianza, niñas! Porque piensa que le va a salir bien y se tira a la piscina, con dos co***es.


¿Por qué hablo de repente de una señora heterosexual? Porque Madonna es absolutamente gay friendly, y lo explota a más no poder. No hace falta que ponga videos de cómo se morreo con Britney Spears y con Christina Aguilera durante una actuación porque forma parte del imaginario colectivo. Hace un par de años se dio el filete también en el escenario con una bailarina suya lesbianilla muy maja, y la última a la que le ha comido (un poquito) la boca es a Nicki Minaj, durante la grabación de un videoclip (bueno, de esto os dejo el video, pero advierto que tiene muy poca chicha).

Madonna normalmente saca un disco bueno y uno malo, intermitentemente. El último (MDNA) es la leche. En mi corazón no podrá superar Confessions on a dancefloor (tengo el DVD de la gira todo rayado de verlo again and again), pero lo llevo enchufado al ipod 24 horas igualmente.


Probablemente a alguna os extrañaría un poco el último capítulo de HistoriaLes en cuanto a su guarrerismo. Pues bien, perráquides, todo viene propiciado por esta canción. Es el último single de MDNA, y es la canción definitiva para cerdear (escribí la escena escuchando esta canción en un bucle eterno xD).


Otra cosa que mola de Madonna es que siempre se rodea de lo mejorcito, es una especie de mecenas calentorra. Cuando capta algo que se lleva o se va a llevar, lo incorpora a su espectáculo y lo lanza. Puso la palabra parkour en boca de todo el mundo cuando nadie sabía lo que era gracias al video de Jump. Ha lanzado al estrellato a una de sus bailarinas, Sofía Boutella, que acaba de protagonizar una película (mierder, pero película). De esta chica tengo que hablar en otro post, porque resulta que tiene a las lesbianas locas, pero ella no se pronuncia (que yo sepa). En este disco Madonna se ha arrimado a Nicki Minaj y a M.I.A, dos chicas de las que habla toda la industria musical. No, la reina del pop no es tonta.

Os dejo otro video del espectáculo que ha montado Madonna este año para el intermedio de la Super Bowl. LMFAO, Cee Lo Green, Nicki y M.I.A, el Circo del Sol... La que ha armado para 14 minutos (ponedlo en HD, que es digno de ver)


Madonna no es un ser humano. Es un iconazo.


Y hasta aquí el momento mitómano de hoy. No, esta semana no hay HistoriaLes, vuelvo con ello la semana que viene. Pero me molaría que me dijérais por dónde os gustaría que tirase, que querríais que pasara... todavía no tengo definido del todo el storyline y estoy abierta a sugerencias :)

Ciao prendas!

viernes, 4 de mayo de 2012

Barrio Lésbico: Facesitting o el trono de la Reina


El facesitting está catalogado como una práctica de sexo oral dentro de juego de D/S (es decir, dominación-sumisión). Como su nombre indica, consiste en sentarse y colocar la vagina "situada en la cara del amante".


 El dibujo más instructivo que he visto es el de la wikipedia


  También es llamado "trono de la reina" ,porque esta práctica ya era conocida en la antigua Persia, donde construyeron una especie de tronos con un agujero en el centro. La mujer aristócrata se sentaba sobre ella y sus vestidos tapaban el resto. Debajo, un esclavo o un criado ponía su cara en el agujero del trono y le practicaba sexo oral discreto... en público. No lo vais a creer, pero en sexshops orientales los venden. Para muestra un botón:



Este artilugio recibe el nombre de "Smotherbox rendition"

También venden unos pantalones para hacer facesitting. Realmente no entiendo qué utilidad práctica tienen. Imagino que su utilidad es meramente morbosa...


 

En China también se practicaba a las damas de alta cuna, que a menudo tenían esclavos que se dedicaban únicamente a este menester. Cuando estaban estresadas, o siemplemente les apetecía, llamaban al esclavo del "facesitting" ( a saber cómo se dice en chino) y éste cumplía con su tarea. Probablemente de ahí se extendió a través de los siglos hasta las cortes medievales europeas, donde las mujeres poderosas se servían igualmente de siervos que en la ausencia prolongada de sus maridos cumplían con su cometido. No había infidelidad, puesto que no había penetración ninguna y el varón si quiera llegaba a quitarse una sola prenda.

Se considera que está dentro de los juegos de dominación y sumisión porque la persona que está debajo queda relegada a un mero objeto que proporciona placer. No se tienen en cuenta sus deseos sexuales. Su única función es lamer, chupar, succionar...incluso aventurarse en la entrada de la vagina con su lengua, buscando el orgasmo femenino. Una vez llega, la mujer sentada, procede a correrse sobre la cara de su amante, y en los casos más dominatorios puede llegar incluso a orinarse.

Puede practicarse sentándose orientada hacia el amante, o a la inversa, mirando hacia los pies de su pareja. En caso de hacerse a la inversa, puede acabar en un típico "69" perdiendo así las características de práctica dominatrix.

Es una práctica extendida entre las lesbianas, como se pudo ver en Room in Rome, y podemos encontrar muchas páginas en la red, dedicadas a esta tarea en especial. Si os interesa el tema, aquí os dejo un enlace.


A practicar amigas, a practicar.. o no. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

La columna de Ox: HistoriaLes III


La conversación con Claudia no había salido como yo esperaba. Esperaba un consejo que me hubiera liberado de mi cuelgue, o que hubiésemos maquinado un plan para recuperar a Sofía, pero en lugar de eso, había sido una conversación lógica y madura. Una decepción.

Sin embargo, había dicho algunas cosas interesantes, quizá si había sido de ayuda. Después de todo, si Sofía sólo me gustaba porque no podía tenerla, es que no me gustaba de verdad. Quizá sólo necesitaba entretenerme, pasar a otra cosa, darme unas vacaciones de mí misma. Un clavo saca a otro clavo, ¿no?

Decidí salir sola esa noche, así aumentarían mis posibilidades de conquista. Pero realmente nunca sales sola si sales por Chueca, y en cuestión de diez minutos ya había saludado a seis personas y prometido chupitos a otras tantas. Entré en el bar de siempre y allí me encontré con unas amigas. Estuve un rato bailando con ellas pero luego fui a la barra, mientras inspeccionaba el público del local. No era una mala noche. Pedí una copa y apoyé la espalda contra la barra para seguir con la ronda de reconocimiento. Noté que una chica me miraba y le sonreí mientras me alargaban mi copa. Ella me sonrió de vuelta e hizo un gesto para que me acercara a bailar con ella, pero yo me negué moviendo la cabeza y señalando mi copa. El truco funcionó y la vi acercarse a mí. Nunca falla, la caza es más fácil si separas a la presa de su manada.

Era pequeña, pero bien proporcionada, lo que es claramente un eufemismo para decir que estaba buena. Llevaba puesto un vestido con un poco de vuelo que se le pegaba a las caderas según andaba. Parecía bastante joven.

- Hola – me dijo acercándose todo lo posible a mi oído.
- Hola – respondí, dando un trago a la copa. No hay que mostrarse demasiado interesada, es mejor hacerse de rogar.
- Te he visto mirarme – me dijo sin tapujos.
- Ya, es que he notado unos ojos fijos en mí y no he podido evitarlo.
- Ya, bueno… - dijo mirando hacia abajo, un poco tímida.
- ¿Es la primera vez que vienes aquí? – decidí darle un poco de tregua.
- ¿Tanto se me nota?
- No, es que yo vengo mucho y no recuerdo haberte visto.
- ¿Y si me hubieras visto, te hubieras acordado?
- Seguro  – dije sonriendo.

Ya estaba. Me sentí estúpida por un momento. Esto es lo que se me daba bien, esto es lo que me gustaba hacer, no martirizarme por una tía cualquiera. ¿Por qué obsesionarme por Sofía cuando había tantas oportunidades por ahí?

- Me llamo Paula - dijo
- Alba – respondí, y después de una pausa - ¿Cuántos años tienes?
- Diecinueve.
- ¿Seguro? – dije intentando picarla, pero la verdad es que parecía bastante joven.
- Ja-ja. Sí, seguro.

Al final me convenció para bailar, y me alegré, porque se movía bien. Me pilló mirándole el culo un par de veces, pero no me avergoncé porque era parte del juego. Les gusta saber que te ponen. Después de un rato de hacer el tonto se me acercó mucho y, de improviso, me agarró de las trabillas del pantalón y me empujó hacia ella. Bajé la cabeza y nos besamos. Abrió la boca rápidamente para meterme la lengua. Sabía a coca-cola y a ron, justo lo que me gusta. Me sorprendí cuando me agarró el culo con decisión. La niña sabía lo que quería. No tardó ni media hora en sugerirme que fuéramos a mi casa.

Cuando llegamos a mi piso se le pasó un poco la valentía, así que cambié de táctica. Nos sentamos en el sofá, le aparté un mechón de pelo de la cara y la besé suavemente mientras le acariciaba la línea de la mandíbula. Fui abriendo su boca con ayuda de la mía y le mordí el labio inferior tirando de él hacia mí. Ella tenía los ojos cerrados, pero la vi sonreír nerviosa. Pasé las yemas de mis dedos casi sin tocarla por su cuello y se estremeció, y le acaricié los labios con mi lengua, repasando su forma. Tenía la boca abierta y suspiraba. Bajé al cuello y le fui dando castos besos desde abajo hacia arriba, hasta que llegué a su oreja y le mordí levemente el lóbulo.

- Paula… - susurré en su oído - ¿quieres que vayamos a la cama?

Ya sabía la respuesta, pero sonreí triunfante cuando asintió, aún los ojos cerrados y la boca abierta. La cogí de la mano y la llevé a mi habitación, cerrando la puerta tras de mí. Se quedó de pie en medio del cuarto, sin saber muy bien qué hacer, ¿lo del bar había sido sólo una pose? Me acerqué a ella sonriendo para darle confianza y sonrió tímidamente en respuesta.

Volví a besarla y esta vez ella también me besó. Acaricié su espalda con mis manos descendiendo hasta dibujar la curva de su culo y más abajo. Agarré el bajo de su falda suavemente mientras le acariciaba los muslos. Se estremeció de nuevo mientras tiraba hacia arriba de su vestido hasta que lo dejé caer al suelo. Me incliné para rozar su clavícula con los labios mientras le desabrochaba el sujetador y pude escuchar sus suspiros en mi oído.

La empujé suavemente hacia la cama mientras nos besábamos y ella me quitó la camiseta. Me tumbé encima de ella y su piel estaba suave y caliente. Sus dedos parecían nerviosos y torpes mientras me quitaban el sujetador, pero al instante me agarró del pelo y me atrajo hacia sí mientras notaba su aliento en mi boca. Le acaricié todo el cuerpo con las yemas de mis dedos, sus leves gemidos bajando por mi garganta, enviándome un escalofrío por la columna. Le mordí el cuello y se retorció debajo de mí. Fui bajando, entreteniéndome en morder y chupar cada isla de piel que me encontraba, hasta que me topé con su ropa interior. Jugueteé con mis dedos en la goma de sus braguitas mientras le besaba el hueso de la cadera y entonces sucedió algo que no me esperaba.

Ella se incorporó, me agarró la cara y me besó ferozmente. No me dio tiempo a reaccionar por la sorpresa cuando la tenía tumbada encima de mí. Se separó para sonreírme orgullosa, pero yo estaba muy entretenida acariciando la curva de su espalda. Me quitó los pantalones echándolos de un tirón fuera de la cama, se sentó a horcajadas encima de mí y empezó a pasear sus dedos, arañándome, por el espacio entre mis pechos. Ahora era yo la que temblaba, ¿qué le había pasado a esta chica? No pude pensar mucho porque empezó a lamerme el cuerpo por todas partes y me dejó desnuda. Con una mueca de satisfacción, me acercó dos dedos a los labios y los introdujo en mi boca, jugando con mi lengua. Después los sacó y los enterró entre mis piernas.

Cuando acabé con un grito lo único que había en mi cabeza era un nombre escrito con letras de neón: Sofía.

Mierda.

To be continued…

 
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