Concurso de cartas de amor. La mía.

Tener una novia profesora de literatura a veces es un poco jodido. Sobre todo cuando haces una carta de amor y te hace una crítica literaria que te hace darte cuenta de que tiene razón, así que la quitas. Claro, que el error empezó desde el principio, porque tenía que haberle escrito la carta a ella. Esta vez, se la dedico, así a lo mejor tiene más reparos a la hora de criticarla. No pretende ser una joya literaria, porque es muy difícil que algo tan manido pueda ser algo distinto. La mía no entra en concurso, es sólo para daros ideas si finalmente decidís participar. La fecha tope será el 14 de febrero, y estoy buscando jurado. Enviadlas a mividaesmiserial@gmail.com

Querido amor,

No sé si lo nuestro saldrá bien o mal, porque el amor es traicionero, la vida complicada y las personas imperfectas. Sin embargo, sí te puedo decir, como te dije la otra noche, que eres un amor verdadero.Nació entre una tarde que me quedé colgada de tus gafas de pasta y una noche que uní los puntos que separan los tatuajes de tu cuerpo. Desde entonces mi vida es mejor.

Quiero darte las gracias, porque he estado enamorada muchas veces, pero nunca alguien me ha dado lo que tú me das. Me das tranquilidad, porque en tus ojos me veo. No miras a nadie más, y me haces sentir que realmente no hay nadie más para ti cuando estás conmigo y cuando no lo estás. No sólo me aceptas con mis manías y mis defectos, sino que además los amas. Allá donde vas, me llevas contigo; allá donde voy yo, te las arreglas para venir. Sueño que te nace, sueño al que me incorporas.

Me empujas cuando las fuerzas me fallan, me llenas de cariño y de comprensión. Y lo más difícil, me dejas mi espacio, no te enfadas si hago el tonto, me miras desde la distancia y me dices: confío en ti. Te ríes cuando me río de tus piropos y tus palabras rosas. Mis amigos te adoran tanto casi como yo. Virtus me preguntó en mi cumpleaños qué tal me iba contigo y la Ox saltó: ¡Muy bien! Porque esa chica es un tesoro. A solas, Virtus me volvió a preguntar: Ahora que no está la Ox... en serio ¿qué tal os va? Y yo respondí: ¡Muy bien! Porque esa chica es un tesoro.

No me haces caso cuando me entra el miedo y no retrocedes cuando piso el acelerador. Por reyes me regalaste el Astrocefa, porque decías, querías regalarme las estrellas. También me dijiste que era perfecto cuando te regalé el libro que querías y ... me equivoqué. Desde que estoy agobiada no te importa venir siempre tú a mi casa, te adaptas a mis horarios de cenar, y a mi cigarrito en la cama antes de dormir.

Amo tu alegría, que dices es en parte responsabilidad mía. Amo tu pasión por tu profesión y por tu familia y amigos. Nunca les fallas a ninguno de los tres. A mí tampoco. Amo cómo te queda la luz roja de mi mesilla en tu rostro y cómo te queda mi pijama.

No, no sé qué ocurrirá, pero si algo sé es que eres mi amor verdadero. Así que perdón por los tópicos de esta carta, perdón por no saber escribirlo mejor, perdón por no decírtelo todos los días. Perdón y gracias.