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Trivago
Trivago
Yo la verdad es que he escogido un jurado (y olé qué jurado) porque no sería justo que yo opinase. Sé quién escribe los correos, muchos de ellos bloggeras conocidas, y eso me haría ser poco objetiva. No obstante, ya que mi opinión no cuenta, voy a deciros que yo de vosotras no me perdería esta carta. A mí, me ha encantado. Besos.
Participante: L
La vida entera cabe en un pasillo de cuarenta metros cuadrados, amor. La vida entera cabe en un pasillo; y cabe en siete días. El tiempo aquí transcurre tan despacio. No es el tiempo del mundo real. El mundo real... Este pasillo de cuarenta metros cuadrados es ahora el único mundo.
No te enfades conmigo. No soy la única que se marcha. Tú también te irás dentro de poco. Lo sabes, aunque te dé miedo. Odiamos este maldito pasillo y, sin embargo, nos da pánico todo lo que está fuera de él.
Aunque yo me vaya, todo esto seguirá igual. Marisa seguirá gritando por las noches, y todos tratarán de dormir sabiendo que las correas de cuero todavía existen en los hospitales. La nueva seguirá siendo la nueva, y seguirá rezando a los cocodrilos que ella imagina bajo el radiador. Carmen seguirá sentada en su silla de ruedas, sabiendo que no tiene nada, que puede andar. Pero sin poder andar. La anoréxica arisca seguirá tirando la comida al suelo durante la cena, mientras los enfermeros dan ‘las chuches’ y el resto hace chistes de suicidas acerca de los cuchillos, que son romos. Los locos necesitamos reírnos de la muerte. Así dejamos de llorar un rato.
No te enfades, tú también saldrás dentro de poco. No somos como Carmen o Marisa. A nosotras nos basta con una semana. Una semana de pasillo de cuarenta metros cuadrados. En la hora de visita, le propuse a mi marido que adivinara cuál era el loco de cada mesa. No acertó ni uno.
Mi marido. Nunca hemos hablado de ello. Tampoco hemos hablado de la mujer que te acaricia la mejilla y trata de hacerte reír cuando viene a verte. A veces fantaseo con que, fuera, todo puede seguir como aquí. A veces pienso que Rocío habla en serio cuando propone que montemos en verano una fiesta de locos en su casa de Alpedrete. Sin embargo, nadie se pide el móvil ni el correo. Nadie quiere verse fuera de estos muros. Si fuera todo siguiera como aquí, iríamos a esa fiesta de locos, disfrazados como los perturbados de las películas. Nos reiríamos tanto. Seguro que ya le habrían cicatrizado los cortes a Eva. Va a echarnos de menos. Realmente, hemos sido una familia. Ella, tú, yo. Tú, yo, ella. Mamá, mami, Eva.
No te enfades conmigo por marcharme. Tú también te irás dentro de poco. Eva saldrá adelante, y no se acordará ya de nosotras dentro de un año. Sólo ha sido nuestra hija siete días. Sólo hemos sido matrimonio siete días.
La vida entera cabe en un pasillo de cuarenta metros cuadrados. La vida entera cabe en tan sólo una semana.
Perdona que no te dé mi dirección.
Siempre tuya,
L.
No te enfades conmigo. No soy la única que se marcha. Tú también te irás dentro de poco. Lo sabes, aunque te dé miedo. Odiamos este maldito pasillo y, sin embargo, nos da pánico todo lo que está fuera de él.
Aunque yo me vaya, todo esto seguirá igual. Marisa seguirá gritando por las noches, y todos tratarán de dormir sabiendo que las correas de cuero todavía existen en los hospitales. La nueva seguirá siendo la nueva, y seguirá rezando a los cocodrilos que ella imagina bajo el radiador. Carmen seguirá sentada en su silla de ruedas, sabiendo que no tiene nada, que puede andar. Pero sin poder andar. La anoréxica arisca seguirá tirando la comida al suelo durante la cena, mientras los enfermeros dan ‘las chuches’ y el resto hace chistes de suicidas acerca de los cuchillos, que son romos. Los locos necesitamos reírnos de la muerte. Así dejamos de llorar un rato.
No te enfades, tú también saldrás dentro de poco. No somos como Carmen o Marisa. A nosotras nos basta con una semana. Una semana de pasillo de cuarenta metros cuadrados. En la hora de visita, le propuse a mi marido que adivinara cuál era el loco de cada mesa. No acertó ni uno.
Mi marido. Nunca hemos hablado de ello. Tampoco hemos hablado de la mujer que te acaricia la mejilla y trata de hacerte reír cuando viene a verte. A veces fantaseo con que, fuera, todo puede seguir como aquí. A veces pienso que Rocío habla en serio cuando propone que montemos en verano una fiesta de locos en su casa de Alpedrete. Sin embargo, nadie se pide el móvil ni el correo. Nadie quiere verse fuera de estos muros. Si fuera todo siguiera como aquí, iríamos a esa fiesta de locos, disfrazados como los perturbados de las películas. Nos reiríamos tanto. Seguro que ya le habrían cicatrizado los cortes a Eva. Va a echarnos de menos. Realmente, hemos sido una familia. Ella, tú, yo. Tú, yo, ella. Mamá, mami, Eva.
No te enfades conmigo por marcharme. Tú también te irás dentro de poco. Eva saldrá adelante, y no se acordará ya de nosotras dentro de un año. Sólo ha sido nuestra hija siete días. Sólo hemos sido matrimonio siete días.
La vida entera cabe en un pasillo de cuarenta metros cuadrados. La vida entera cabe en tan sólo una semana.
Perdona que no te dé mi dirección.
Siempre tuya,
L.
7 títulos de crédito:
Esta carta me ha hecho sentir angustia.
Estoy de acuerdo en que el jurado lo tiene complicado.
A mí angustia no.. quizás melancolía y tristeza. Pero me ha gustado.
Muaks
Llega dentro esta carta :D
Besos!
El amor tiene mucho de locura, no?
Creo que es de las que más me ha gustado, es diferente. :)
¡Cuanto amor puede haber en lugares ignorados!
Ay, esos renglones torcidos de diosa...Me ha encantado! :-)
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