Episodio 5x31: Freud, con F de Farala

Quiero felicitar a Farala con este post, porque es muy majeta y me gusta mucho su blog. Además supongo que es un cumpleaños difícil, por la dicotomía de haber perdido a su mamá y el que con su cumpleaños se constate que ella sigue aquí, cumpliendo años, viviendo, en definitiva. Sin embargo, no debe ser un cumpleaños triste, porque cuando la ineludibilidad de la muerte se nos hace presente, debemos tener más "cuidado" aún de nuestra vida. Saber lo débil que es y que cada minuto aquí cuenta. De hecho, el que todos estemos aquí es resultado de nuestros papás y mamás (ya sabéis, papá puso la semillita en mamá...).

Eso no quiere decir que nuestra vida les pertenezca, no estaría bien vivir cómo ellos querrían, entre otras cosas porque seguro que ni entre los dos se ponen de acuerdo. Sino porque lo que ellos han hecho, ya está hecho y no parece que haya solucionado el efecto invernadero, ni la crisis del combustible, ni la erradicación del cáncer.. Y quién sabe... a lo mejor nosotros con nuestras decisiones acabamos provocando milagros similares.

Para empezar, la mamá de Farala hizo a Farala, y Farala ya ha hecho un milagro que se llama Elenita y que puede que el día de mañana descubra la vacuna para el VIH, o el secreto de la felicidad, lo que más le guste. Mientras tanto los demás intentamos ser felices como podemos, aferrándonos a la vida y esperando que ella se aferre a nosotros en forma de brazos, voz y corazón ajenos. Pero para eso hay que desenterrar los monstruos que se esconden debajo de las camas, o el coco que viene por la noche, el hombre del saco... porque todo eso son cuentos que nos contaban de niños para tenernos controladitos y que no nos moviéramos de la cama, y así papá y mamá echar su polvete de los sábados. Pero en realidad no hay mosntruo bajo la cama, el coco fue mi cita de anteayer..(puf que trago) y el señor del saco jamás se vio.  Por eso podemos dormir tranquilos y si nos da la gana podemos levantarnos, abrir la puerta de casa o mirar al vecino de enfrente y decir: soy bisexual, no creo en el Infierno ni en la redención de los pecados, me gusta el sexo y no creo que me case de blanco y por la iglesia. Y ¿veis? No pasa nada.

(Y EL CIELO SE ABRIÓ Y UN RAYO PARTIÓ A DESGRA POR LA MITAD Y ENCIMA LE DIJO:  Y SUSPENDERÁS LA OPOSICIÓN, JUAJUAJUAJUA)

CONTINUARÁ..