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miércoles, 25 de abril de 2012

La columna de Ox: HistoriaLes II


Hacía cinco días que había dejado a Sofía, y tenía la sensación de estar volviéndome loca. Marqué su teléfono muchas veces pero nunca llegué a llamar, y escribí unos cuantos emails también, pero tampoco los mandé. No sabía qué hacer, y mi mejor amiga, Marta, no ayudaba mucho. Cuando venía a verme revoloteaba por la casa hablando de quién se había liado con quién o cuándo era la próxima fiesta a la que era absolutamente imprescindible ir; pero cuando hablaba sobre la ruptura me decía que sólo era una racha, que las cosas estaban muy bien como estaban. Yo pensaba en Sofía todo el rato, había estado en cada rincón de mi casa. La veía mirando por la ventana, mordiéndose las uñas; en la cocina rebuscando entre los cajones; echándose crema en el espejo del baño; en mi cama, con la boca abierta.


Decidí ir a ver a Claudia, una amiga a la que conozco desde el instituto. No pasamos juntas todo el tiempo, pero nos ayudamos en momentos de crisis. Fue la primera persona a la que le conté que era lesbiana, e incluso llegué a estar un poco colgada de ella en la adolescencia, pero es la persona más heterosexual que conozco.

Quedamos a tomar café y me abrió la puerta de su casa en ropa interior, aunque llevaba puesta una sudadera de Bob Esponja con capucha. Claudia es una calentorra, pero es algo natural en ella.
- Eso que llevas puesto no tiene ningún sentido – dije a modo de saludo.
- Cállate – se rió, y me hizo un gesto para que pasara.

Su casa (como siempre) estaba hecha un desastre. Había cajas garabateadas y perchas huérfanas invadiendo el pasillo y en el salón se amontonaba la ropa encima de una tabla de planchar que ya formaba parte de la decoración oficial. La mesita que había frente al sillón estaba llena de revistas, ceniceros llenos y vasos vacíos.
- ¿Quieres un café? – me preguntó.
- No lo sé, ¿te queda algún vaso limpio?
- Deja de meterte conmigo Alba, has venido a que te ayude, ¿no? – Claudia raras veces se enfada conmigo, sabe que soy una borde si me preocupa algo.
- El otro día corté con la chica de la que te hablé, Sofía, pero ahora me arrepiento.

Le conté la escena, cómo ella había soltado esa lágrima única y me había desarmado. Le conté los últimos cinco días, lo raro y nuevo que era todo para mí, que me sentía una mala persona, y que Marta no ayudaba.
- No sé por qué le pides consejo amoroso a Marta, lleva enamorada de ti desde el primer año de carrera.
- ¡Siempre dices eso! A Marta no-le-gus-to – dije separando las sílabas.
- ¿Y por qué siempre se enfada cada vez que te echas novia?
- Lo primero, yo no me echo novia; y lo segundo, no es que se enfade, es que se pone un poco celosa, está acostumbrada a que salgamos las dos juntas “de pesca” y cuando estoy con alguien se siente un poco sola – expliqué por enésima vez.
- Vale, vale… ¿y qué quieres hacer con lo de Sofía?
- No sé, no sé qué me pasa…
- Te pasa una cosa muy normal, sister – me dijo Claudia encendiéndose un cigarro -, quieres lo que no puedes tener.
- Venga ya, no soy tan infantil – me quejé.
- Sí que lo eres, todos lo somos. Cuando dejas a esas chicas pasajeras se ponen a llorar, te gritan, te piden que no te vayas… Así sabes que podrías tenerlas en cualquier momento. Por eso te importan un carajo. Pero con esta chica, Sofía, ha sido diferente, no la tienes comiendo de tu mano, por eso la quieres de vuelta.
- No es así, la quiero de vuelta porque me gusta – dije enfadada.
- Pues díselo
- ¿Cómo?
- Ve y díselo. No montes estrategias absurdas, no finjas que no la ves si te la encuentras en algún sitio, no te inventes una novia falsa, no intentes ponerla celosa. Ve hacia ella y se lo dices.
- ¿Y si dice que no? – pregunté con miedo
- Entonces puedes recuperarte y pasar a otra cosa.
- ¿Desde cuándo te has vuelto una experta en psicología femenina?
- ¡Desde siempre, pequeña! Con las tías es muy sencillo en realidad, como no estoy pensando en follármelas, puedo concentrarme en sus mentes y sus almas – dijo Claudia de manera teatral.
- Y en sus novios y hermanos – me reí.
- Bueno, eso también.

To be continued...

5 títulos de crédito:

Hormiga dijo...

Y qué pasó después, tía Ox? No nos dejes así!

Me encanta cómo está descrito/escrito!

Tatana dijo...

Claudia de Yoda :p

besitos

candela dijo...

Y se lo dijiste??

Anónimo dijo...

la vida misma.


muakkkk


coqui

Tuki dijo...

me la apunto para cuendo vuelva a estar soltera!

 
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